El pasado 4 de junio se hizo entrega de los Los Premios Fundación Caja Extremadura a jóvenes investigadores en Ciencias de la Vida y de la Salud.
Hace un par de meses, contactaron conmigo desde la Fundación para que les presentase un proyecto de diseño y fabricación de los Premios con el objetivo de que se quedasen instaurados como diseño oficial cada año.
Cogí papel y lápiz y me puse a dibujar. Justo hace unos días comentaba que los encargos que más disfruto son en los que tengo un grupo de conceptos y tengo que integrar en una sola imagen. Es un juego que me encanta hacer y es la forma en la que trabajo mis encargos de cartelería pero en en el caso de los premios, este juego se complica al tener que hacer una pieza con volumen y mucho más simple.
Así que, teniendo en cuenta el objetivo de los Premios, diseñé un boceto inspirándome en la cadena del ADN, una figura muy reconocida y sobre todo, representativa del gremio al que van destinados los premios.
Pero para ir un poco más allá y hacer un diseño exclusivo para la Fundación, en el boceto señalé que uno de los esqueletos de la cadena sería de color naranja. Esto, además de hacer el premio más llamativo, generaba la ilusión de tener pintada la letra S haciendo evidente el nombre de los Premios y dotar al premio de esa exclusividad que mencionaba antes. Además, la elección del naranja estaba justificado en el color corporativo de los Premios Scellentia.
Ya he comentado en alguna ocasión que toda la cerámica la hago junto con mi madre y maestra. Para este diseño concreto no podíamos hacer un molde, así que tocaba hacer los tres premios a mano. Más artesano, imposible.
Tras dos cocciones y la placa grabada en Gratex (ya mis fieles para estos encargos), tenía los premios terminados.
El objetivo cada vez que he realizado el diseño de un premio es que se trate de una figura que puedas lucir con orgullo: por el reconocimiento, por supuesto, pero también para que llene la sala donde vayas a exponerlo y decore la estancia.
©Fotografía: Jorge Rey